EL RENACIMIENTO URBANO
El renacimiento
urbano
Desde el siglo XI, el mundo
rural empieza a sufrir cambios lo que iba a dar origen a cientos de ciudades.
Los excedentes alimenticios:
Permitían abastecer los mercados y a la población urbana.
El crecimiento demográfico:
Esto hizo posible que mucha gente empezara a dejar el campo para irse a las
ciudades.
Las iniciativas de algunos
reyes y señores feudales: La instalación de mercados y de artesanos cerca de los
castillos fue propiciada por la nobleza y el clero.
El aumento de la producción
artesanal y del comercio: Estimulado por la mayor demanda de productos y el
amparo que se daba a los mercaderes.
El ambiente de las ciudades
era muy insano. Pocas calles estaban empedradas, por lo que se caminaba entre
el barro. Las ciudades carecían de alcantarillas y los desperdicios de las
casas se arrojaban directamente a las calles. Por ellas correteaban también los
animales domésticos (gallinas, cerdos, etc.) que poseían algunos habitantes.
Por todo esto, las enfermedades eran frecuentes. Como muchas viviendas eran de
madera se producían numerosos incendios.
Las ciudades medievales
estaban rodeadas de altas murallas para su protección. En sus puertas se
cobraban los impuestos sobre las mercancías que entraban en la ciudad. Las
puertas se cerraban por la noche.
Los edificios más destacados
eran la catedral, el ayuntamiento y los palacios de algunos nobles y burgueses.
La ciudad se dividía en barrios, cada uno con su propia parroquia. El resto del
espacio estaba ocupado por un enjambre de calles estrechas y tortuosas, entre
las que, en ocasiones, había pequeños huertos.
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